El Evangelio y Cómo Compartirlo

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En el principio, Dios creó todo el mundo y todo lo que hay en él.

Él creó al PRIMER HOMBRE y a la PRIMERA MUJER. Los colocó en un hermoso jardín. Los hizo PARTE DE SU FAMILIA y tuvo una RELACIÓN CERCANA con ellos.

Los creó para VIVIR PARA SIEMPRE. No existía la muerte. Incluso en este lugar perfecto, el hombre se rebeló contra Dios y trajo el PECADO y el SUFRIMIENTO al mundo. Dios EXPULSÓ al hombre del jardín. La relación entre el hombre y Dios se QUEBRÓ. Ahora el hombre tendría que enfrentar la MUERTE. Durante muchos cientos de años, Dios siguió enviando MENSAJEROS al mundo. Ellos recordaban al hombre su pecado, pero también le hablaban de la FIDELIDAD de Dios y de su PROMESA de enviar un SALVADOR al mundo.

El Salvador RESTAURARÍA la relación cercana entre Dios y el hombre. El Salvador RESCATARÍA al hombre de la muerte. El Salvador daría VIDA ETERNA y estaría con el hombre para siempre. Dios nos ama tanto que, cuando llegó el momento adecuado, envió a Su Hijo al mundo para ser ese Salvador.

Jesús fue el Hijo de Dios. Nació en el mundo a través de una virgen. Vivió una vida perfecta. Nunca pecó. Jesús enseñó a la gente sobre Dios. Realizó muchos milagros mostrando Su gran poder. Expulsó a muchos demonios. Sanó a muchas personas. Hizo que los ciegos vieran. Hizo que los sordos oyeran. Hizo que los cojos caminaran. Jesús incluso resucitó a los muertos. Muchos líderes religiosos se sintieron AMENAZADOS y CELOSOS de Jesús.

Querían que lo mataran. Como nunca pecó, Jesús no tenía que morir.

Pero Él ELIGIÓ morir como un SACRIFICIO por todos nosotros. Su muerte dolorosa cubrió los pecados de la humanidad. Después de esto, Jesús fue enterrado en una tumba. Dios vio el SACRIFICIO que Jesús hizo y lo aceptó. Dios mostró Su aceptación al resucitar a Jesús de entre los muertos al tercer día.

Dios dijo que si CREEMOS y RECIBIMOS el sacrificio de Jesús por nuestros pecados —si NOS ARREPENTIMOS de nuestros pecados y SEGUIMOS a Jesús— Dios NOS LIMPIA de todo pecado y NOS DA LA BIENVENIDA de nuevo a Su familia.

Dios envía al ESPÍRITU SANTO para que viva dentro de nosotros y nos haga capaces de seguir a Jesús. Somos BAUTIZADOS en agua para mostrar y sellar esta relación restaurada.

Como símbolo de la muerte, somos sumergidos bajo el agua. Como símbolo de una nueva vida, somos levantados del agua para seguir a Jesús.

Cuando Jesús resucitó de entre los muertos, pasó 40 días en la tierra.

Jesús enseñó a Sus seguidores a ir a todas partes y contar las buenas nuevas de Su salvación a todos en el mundo. Jesús dijo: Vayan y HAGAN DISCÍPULOS de todas las naciones, BAUTIZÁNDOLOS en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo; y ENSEÑÁNDoles a obedecer todo lo que les he mandado. Estaré con ustedes siempre, hasta el fin de esta era.

Luego, Jesús fue ELEVADO ante sus ojos al cielo. Un día, Jesús VOLVERÁ de la misma manera en que se fue. Él CASTIGARÁ PARA SIEMPRE a quienes no lo amaron ni obedecieron. Él RECIBIRÁ y RECOMPENSARÁ PARA SIEMPRE a quienes sí lo amaron y obedecieron. Viviremos PARA SIEMPRE con Él en un Cielo Nuevo y en una Tierra Nueva.

YO CREÍ y RECIBÍ el sacrificio que Jesús hizo por mis pecados. Él me ha limpiado y me ha restaurado como parte de la familia de Dios. Él me ama, y yo lo amo y viviré con Él para siempre en Su reino. Dios te ama y quiere que tú también recibas este regalo. ¿Te gustaría hacerlo ahora mismo?

Practica esta presentación del evangelio por tu cuenta hasta que te sientas cómodo contando la historia.

Preguntarse a uno mismo

• ¿Puedes compartir esta historia de memoria? Todos mejoran contando la historia del evangelio con practica. Has una pausa ahora y practica 3 veces. 
• ¿Qué aprendes sobre la humanidad mediante esta historia?
• ¿Qué aprendes sobre Dios? 
• ¿Crees que seria más fácil o más difícil compartir la historia de Dios contando una historia como esta?