Comienza el entrenamiento Zúme
Reúne a algunos amigos o realiza el curso con un grupo pequeño ya creado. Forma tu propio grupo de entrenamiento y controla tu progreso.
Si vamos a hacer discípulos que se multiplican, entonces tenemos que equiparlos para ser productores y no solamente consumidores. En nuestro mundo imperfecto, las personas han rechazado el plan de Dios y muchos gastan sus energías viviendo solo parte de la ecuación perfecta de Dios. Aprenden, pero no comparten. Reciben, pero nunca dan. Consumen, pero no producen.
Hay cuatro maneras en las cuales Dios nos hace crecer espiritualmente. Las herramientas de este kit de herramientas se presentarán en las siguientes cuatro maneras:
Cada discípulo tiene que estar equipado para aprender, interpretar y aplicar las Escrituras. Durante miles de años y mediante diferentes autores, Dios expresó su palabra en los corazones de hombres de fe, que capturaron y compartieron lo que escucharon. Las Escrituras nos enseñan la historia de Dios, sus planes, su corazón y sus maneras. Si un aprendiz no sabe leer, entonces debe ser equipado para poder hacer esto de manera oral, quizás comenzando por escuchar una versión en audio de la Biblia. Las tres herramientas mencionadas en esta área se complementan entre sí, ayudando a equipar discípulos en una variedad de habilidades necesarias para ser competentes en la interpretación y aplicación de la Biblia. Si aún no lo has hecho ¡Dales un vistazo!
La oración es critica en nuestra relación con Dios. Es mediante la oración que podemos escucharlo y hablar con Él. La oración nos permite conocerlo de manera más intima y entender su corazón, sus deseos y sus maneras. La oración nos ayuda a servir a otros, enseñarles y ser testimonio. Las siguientes dos herramientas pueden ayudar a los discípulos a crecer en su vida de oración personal y en servir a los demás y con los demás. Nos pueden ayudar a desarrollar el habito de vivir con una actitud de oración y constantemente ver el mundo con una perspectiva espiritual en lugar de solamente ver las situaciones físicamente visibles. También pueden incrementar nuestra capacidad de orar.
Dios diseñó a su cuerpo de manera que nos necesitamos mutuamente. Cada uno de nosotros tiene diferentes fortalezas y debilidades. Debemos someternos los unos a los otros y servirnos los unos a los otros. La vida de un discípulo no solamente involucra nuestra relación con Dios, pero también nuestra relación con los demás. El discipulado no es individual, tiene una naturaleza cooperativa. Las herramientas mencionadas a continuación nos ayudan a impulsarnos mutuamente en amor y buenas obras, en un ambiente positivo en que podamos rendir cuentas los unos de los otros para obedecer y compartir con los demás lo que Dios nos está diciendo.
Dios utiliza la persecución y el sufrimiento para nuestro bien de muchas maneras. Lo utiliza para refinar nuestro carácter y desarrollar rasgos piadosos en nosotros. Lo utiliza para fortalecer y purificar nuestra fe. Él lo utiliza para equiparnos para servir a otros que están sufriendo. También lo utiliza para glorificarse a sí mismo a través de nuestra disposición a sacrificarnos y arriesgarnos por Él. Dios promete que, si buscamos vivir plenamente para Él en este mundo, seremos perseguidos. Si a los discípulos se les enseña a esperar persecución y sufrimiento por causa del Reino, entonces es menos probable que se sientan confundidos, amargados, enojados, resentidos, desanimados o deprimidos cuando lo enfrenten. Debemos preparar a los discípulos desde el comienzo de su nueva vida para esperar sufrimiento y responder de la mejor manera, confiando en Dios como un Creador fiel haciendo lo correcto. El sufrimiento por el Reino nos está preparando para refinarnos para nuestro reinado eterno con Cristo en la eternidad.
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